Cargando
×

¿Un amor ideal o una ilusion?

¿Un amor ideal o una ilusion?

Por: Luis M. Sarabia

Problemas en el matrimonio

Pero si te casas, no es pecado; y si una joven se casa, tampoco es pecado. Sin embargo, los que se casen en este tiempo tendrán problemas, y estoy tratando de evitárselos. 1 Corintios 7:28

Para interpretar correctamente este versículo es conveniente conocer un poco el contexto. La iglesia en Corinto fue fundada por Pablo en su segundo viaje misionero (Hch 18:1). Como siempre, su ministerio comenzó en la sinagoga, en donde era asistido por dos creyentes judíos, Priscila y Aquila, con quien vivió durante un tiempo y quienes eran compañeros de oficio poco después, Silas y Timoteo se unieron a ellos y Pablo comenzó a predicar aún más intensamente en la sinagoga. Cuando la mayoría de los judíos resistieron el evangelio, él dejó la sinagoga, pero no antes de que Crispo, el líder de la sinagoga, su familia, y muchos otros corintios se convirtieran (Hch 18:5-8). Incapaz de romper totalmente con la cultura de la cual venía, la iglesia en Corintio era excepcionalmente divisiva, mostrando su carnalidad e inmadurez. Después de que el dotado Apolos había ministrado en la iglesia por algún tiempo, algunos de sus administradores establecieron un grupo y tenía que ver poco con el resto de la iglesia. Otro grupo que se había desarrollado era leal a Pablo, otro decía ser especialmente leal a Pedro (Cefas), y aún otro a Cristo únicamente (1:10-13: 3:1-9).

El problema más serio de la iglesia Corintia era la mundanalidad, una falta de disposición a divorciarse de la de cultura que los rodeaba. La mayoría de los creyentes no podían separarse consecuentemente de sus caminos antiguos, egoístas, inmorales y paganos. Fue necesario para Pablo escribir para corregir esto, como también para mandar a los cristianos fieles no solo a romper la comunión con los miembros desobedientes y no arrepentidos, sino a sacar a esos miembros de la iglesia (5:9-13).

En Corinto había al menos doce templos. No se sabe con certeza si todos se usaban durante los tiempos de Pablo o no. Uno de los más infames era el templo dedicado a Afrodita, la diosa del amor, cuyos adoradores practicaban la prostitución religiosa. Cerca del teatro se hallaba el templo de Asclepio, el dios de la sanidad, y en medio de la ciudad se hallaba el templo de Apolo, que data del siglo sexto a.C. Además, los judíos habían establecido allí una sinagoga, cuyo dintel (que tiene una inscripción) fue descubierto y ahora se encuentra en un museo dedicado a las antigüedades de la ciudad.

Al igual que cualquier otra gran ciudad comercial, Corinto era un centro de inmoralidad abierta y aun desenfrenada. La adoración a Afrodita promovía la prostitución en nombre de la religión. Durante un período, 1.000 prostitutas sagradas servían en el templo. La inmoralidad de Corinto llegó a ser tan ampliamente conocida que el nombre de la ciudad se convirtió en verbo (algo así como “corintianizar”) para indicar la práctica de la inmoralidad sexual. En tal situación no es de extrañarse que la iglesia de los corintios estuviera plagada de numerosos problemas.

La inmoralidad sexual cada día penetra más a la iglesia, a través de la televisión, del internet y las compañías con las que compartimos, de allí que Pablo recomiende que cada hombre y mujer tenga su propia esposa u esposo para evitar caer en tentación, pues es más fácil que alguien que este solo caiga presa de su naturaleza carnal. El matrimonio es una institución establecida por la escritura a la que Pablo anima a los creyentes, pues sabe que será de bendición para ellos y les evitará de paso ser víctimas de la inmoralidad a la que se está expuesto fuera del matrimonio.

Aunque la carta a los Corintios fue una respuesta del apóstol Pablo a diversas preguntas, es claro por el contexto que la iglesia estaba presentando problemas de toda índole. Entre las inquietudes de los Corintios podemos ver interrogantes de índole sexual; muchos le preguntaron sobre la soltería, el divorcio, la abstinencia sexual y por supuesto, el matrimonio. Algo que es muy evidente en todo esto, es que había problemas, en especial en el tema del matrimonio, y es sobre este tema que basare mi disertación.

Los problemas en el matrimonio.

Recientemente y muy seguido he visto por las redes sociales algunas imágenes y publicaciones referentes a la relación sentimental de Camilo y Evaluna. Lo que más me llama la atención es la forma, un tanto atípica y particular, por no decir muy excéntrica en que esta pareja, y en especial Camilo, expresan sus sentimientos afectivos. Algo que no puedo pasar por alto es el tipo de reacciones que ha generado esta pareja mediática, sobre todo los sentimientos que genera en las mujeres, ya que la mayoría sueñan o desean que sus parejas o futuros esposos tengan actitudes o comportamientos similares a los de Camilo.

En el fondo desean un amor idílico como el de ellos. Algunos criticaran la forma en que esta pareja expresan sus sentimientos, otros lo aplauden, en especial las mujeres. Creo que muchos hombres (este es mi punto de vista particular) se sienten amenazados y confrontados; ya que la forma en que Camilo expresa sus sentimientos hacia su esposa deja al descubierto lo simple, toscos y poco románticos que suelen ser muchos hombres con sus parejas.

La mayoría de mujeres se sienten aludidas por la forma romántica y amorosa en que Camilo se comporta con Evaluna; ellas desean o sueñan que sus actuales o futuras parejas (esposos) tengan, al menos, comportamientos, actitudes o demostraciones similares.

¿A quién no le gustaría tener una relación como la de ellos, o que sus parejas sean así de románticas y amorosas?

Pues creo que la respuesta es más que obvia. A todos nos gustaría experimentar, por lo menos, una relación igual o similar. A todos nos gustaría vivir una relación así; una relación mágica, de ensueño, idílica, una relación como vemos en Disney: con príncipes atractivos, princesas hermosas, majestuosos castillos, dragones, donde al final todo es felicidad; o como nos muestra Hollywood, historias de amor y mucho drama, donde al principio se presentan algunos problemas, pero al final hay un final feliz, o como nos muestran las novelas (en especial las Mexicanas) donde al comienzo de la historia de amor sufren los protagonistas, pero al final triunfa el amor y todo es felicidad; o como no los muestran las series Coreanas (las doramas) , donde el hombre es todo un caballero y se desvive por la mujer que ama.

¿Pero todo esto es real?

Creo que, por causa de esos amores idílicos, influenciados por la imaginación de muchos, es que hoy en día no podamos diferenciar la verdad de la ficción. Al ver el show mediático que genera esta pareja en torno a sus expresiones sentimentales, de alguna manera me parece gracioso, y hasta cierto punto elogio las expresiones afectivas de Camilo para con su esposa Eva, lo que no comparto y me parece desatinado es que todo lo publican en internet, aunque supongo que lo hacen por cuestiones de publicidad, ya que todos sabemos que él es un artista y de alguna manera necesita ganar seguidores y popularidad.

No obstante, después de observar los comentarios de muchas personas y en especial de mujeres, y después de tener una conversación con una amiga creyente “madura” en el Señor, llegue a la conclusión que no todos tienen claro este tema, y que muchos han llegado a distorsionar la realidad de lo que son las relaciones amorosas, en especial las relaciones matrimoniales.

A mí en lo particular me gusta el drama, es mi genero favorito, me considero un melodramático, últimamente he visto unos capítulos de una dorama (series Coreanas) y me han gustado, pero se diferenciar entre la ficción y la realidad, pero veo con gran preocupación que muchos no logran percibir la diferencia, en especial las mujeres, esto ha llevado a que muchas se frustren al no ver esas cualidades “románticas” en sus actuales o prospecto de parejas, o en el peor de los casos, tengan un alto estándar del hombre ideal, y esto las lleve a no consolidar una relación ya que estos estándares no se cumplirán al 100 % en sus parejas y esto las lleve a pensar que nunca encontraran a su “príncipe azul”.

Todo este tipo de ideas de relaciones o amor perfecto y romántico que nos vende el mundo por medio de la farándula, la televisión, la música, las redes sociales y por los diferentes medios que nos bombardean con estas ideas equivocadas, no es más que un amor platónico, un amor idílico, una efigie, producto de una ilusión fantasmagórica muy alejada de la realidad. Y aunque tomé como referencia la relación de Camilo y Evaluna, y lo hice porque me pareció indicado el ejemplo, ellos no son la excepción, hoy por hoy veo esta conducta vanidosa en muchas de las relaciones, aun dentro del claro eclesial. Muchos hermanos en la fe, en especial los casados o en noviazgos, presumen la gran mayoría del tiempo en las redes sociales los “felices” que son en sus relaciones. Pero paradójicamente en muchos de esos casos, posteriormente veo, o que se han divorciado o que el noviazgo termino. Y me pregunto: ¿Que paso, donde se fue tanta felicidad?

Creo que el problema de todo esto es la idealización equivocada del matrimonio o las relaciones y las falsas expectativas…

Nos hacemos ideas equivocadas del amor y las relaciones, ignorando u obviando deliberadamente (solo nos gustan lo bueno de las cosas) los conflictos o problemas que esto trae consigo. Muchos al copiar el modelo mundano donde todo es presunción de felicidad, sin conocer los trasfondos de cada situación en particular, solo ven lo que quieren ver, es decir, solo ven lo bonito de esas relaciones, ignorando los problemas que ellos enfrentan fuera de las cámaras.

Muchos de estos personajes que se la pasan publicando su “felicidad” solo muestran el momento agradable, pero no muestran las dificultades a las cuales se enfrentan día a día, y esto lo hacen, porque obviamente a la gente no le gusta mostrar sus problemas (quien en su sano juicio lo haría) y mucho menos en una sociedad tan marxista. Pero en su supuesta sabiduría han pasado por alto que los problemas, en especial en las relaciones, hacen parte de la vida misma, y más en un mundo corrompido por el pecado, es obvio que no todo puede ser felicidad y color de rosas, y mucho menos en las relaciones de pareja, donde convergen dos pecadores en post de santificación (esto en el caso de creyentes).

Las relaciones de parejas en especial las de matrimonio, se componen de buenos y malos momentos (Eclesiastés 3:1-8), en las relaciones reales siempre habrá conflictos y diferencias, es imposible que no las haya. Las relaciones toman tiempo en madurar, requiere trabajo y muchos sacrificios, de hecho, es un medio de santificación que Dios usa en los cónyuges. Dos mundos tan diferentes como lo son los hombres y las mujeres, con tan abismales diferencias de pensamientos, anatomía, personalidad y carácter, es difícil, imposible diría yo, de que no hubiera problemas en sus relaciones, en especial una relación tan íntima como lo es el matrimonio. Aun los grandes hombres de la biblia, como lo fue Abraham y los patriarcas enfrentaron todo tipo de dificultades en sus relaciones.

Abram tuvo grandes desacuerdos con su esposa Sarai.

Genesis16:5; 21:11). Entonces Sarai le dijo a Abram: —¡Todo esto es culpa tuya! Puse a mi sierva en tus brazos, pero, ahora que está embarazada, me trata con desprecio. El Señor mostrará quién está equivocado, ¡tú o yo! Gen 16:5.

¿Abram es el culpable? Pero si la misma Sara dice que fue ella quien se la dio para que se acostara con ella, entonces como es que se contradice, además en el versículo 2 dice: Entonces Sarai le dijo a Abram: —Tú sabes que el SEÑOR no me ha permitido tener hijos, así que ten relaciones sexuales con mi esclava. Tal vez yo pueda tener un hijo por medio de ella.

Sara fue quien, en un momento de falta de fe en Dios dudo de la promesa del Señor y le propone a Abram tener sexo con su esclava, pero lo curioso es que cuando las cosas se salen de control culpa a Abram. ¿Le suena parecido? Esto es algo que sucede muy seguido en los matrimonios. Pero Abram le dijo a Saray: — Mira, esa esclava es tuya, haz con ella lo que tú quieras. Abram no se puso a discutir sobre quien era realmente el culpable, el solo trato de buscar una solución al problema para tratar de evitar que el conflicto se agrandara.

En el Capítulo 21:10-11 Vemos otro suceso donde se origina un gran conflicto entre Abram y Sarai: Entonces Sara le dijo a Abraham: «Tienes que echar de aquí a esa esclava y a su hijo. El hijo de esa esclava no va a compartir la herencia con mi hijo Isaac». A Abraham no le gustó nada la idea porque se trataba de un hijo suyo.

Isaac y Rebeca también tuvieron problemas serios Gen 25:28, y qué decir de Jacob y Raquel Gen 30:2.

Aunque en la biblia muy poco resalta o hace énfasis en los problemas matrimoniales, podemos ver luces que deslumbran los problemas y conflictos que enfrentaban. Cuando el Señor Jesús les hablo a sus discípulos a cerca del matrimonio y las causales del divorcio (Mateo 19:1-12), ellos se escandalizaron al contemplar la idea de un matrimonio de por vida y los problemas inmersos en él, sin la posibilidad de divorciarse por alguna causa diferente al adulterio. Ellos solo pensaban en la tarea titánica de soportar las cargas y dificultades que tiene el matrimonio sin la posibilidad de divorciarse en el momento en que no fueran capaz de soportar estas cargas, es por eso que en el versículo 10, dijeron: Si es así las cosas (divorciarse solo por adulterio) conviene no casarse. A este argumento egoísta el Señor les responde: solo soportan esto aquellos que reciben la ayuda de Dios (V 11).

Es por esto que el apóstol Pablo, en el versículo central de esta reflexión, casi al final de los requisitos en el matrimonio que le daba a los Corintios les dijo:

Pero los que se casan van a tener los sufrimientos propios de la naturaleza humana, que yo quisiera evitarles. 1 corintios 7:28B.

Y al igual que en aquellos tiempos donde el matrimonio les traería problemas por muchas razones (en especial por el contexto que estaba viviendo esa iglesia) a los cristianos de Corintios; en estos tiempos también nos traerá problemas y conflictos a los que deseamos casarnos.

Y eso es lo que estamos viendo hoy en día, el tema del matrimonio está muy polarizado, algunos lo ven como algo abstracto y complejo, otros lo ven como algo pasado de moda y sin importancia, y otros como los artistas lo usan para sus fines personales, entre otras formas de pensar. Pero algo si es cierto, el matrimonio no es fácil, pero nos trae muchas bendiciones espirituales, y una de ellas es que es un medio de gracia por el cual Dios santifica a los contrayentes.

¿Quién más que tu cónyuge conoce los pecados que ocultamos a los demás?

Es imposible que no haya problemas. Aun nuestros primeros padres (Adán Y Eva) tuvieron problemas matrimoniales. Es imposible que dos pecadores en proceso de santificación, que deciden unirse en matrimonio no tengan dificultades y diferencias, una relación sin problemas no sería humana, y los problemas (si estamos en el Señor) ayudan a consolidar la relación.

Pensar en el divorcio o la terminación de una relación sólo porque se presentan problemas, habla muy mal de nuestro carácter y del poco entendimiento que tenemos de la vida y las relaciones, y me refiero a problemas de convivencia y tolerancia, ya que, si tu pareja es un abusador y que tiene comportamientos cuestionables y anticristianos, lo más saludable es acabar de facto esa relación y no llegar al matrimonio. Pero a los problemas que yo me refiero son los que tienen que ver con defectos de personalidad, los cuales son manejables. Para que un matrimonio o una relación sobrepasen las adversidades y pueda consolidarse y construirse con bases sólidas, es necesario comprenderlo a luz del evangelio, ya que el matrimonio es una representación del amor de Cristo por su iglesia.

Cristo escogió y amo a su iglesia aun sabiendo que esta no le amaría recíprocamente. Cristo soporta los pecados y defectos de su iglesia y cada día la santifica para presentársela a sí mismo. Y esto lo hace porque le ama, Cristo ama a su iglesia (su esposa), y nunca la abandonara ni se divorciará de ella, a pesar de los problemas y pecados que ella tenga. De la misma manera los cónyuges (tanto hombres como mujeres) deben amar a sus esposos, soportando los pecados y defectos de cada uno, sabiendo que no son perfectos y así como Cristo nos amó y se entregó así mismo por nosotros, así nosotros debemos amar, soportar y entregarlo todo por amor.

Luis M. Sarabia

Compartir contenido en:

Publicar comentario

© 2025 Cristianos Bíblicos. Todos los derechos reservados.