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Cristianos de Domingo: La Fé que No llega al lunes

Cristianos de Domingo: La Fé que No llega al lunes

Luis M. Sarabia

Porque el diablo también cree… y tiembla. Tú ni eso.

En la congregación, los domingos todos son cristianos.
Te sonríen, te saludan, algunos hasta te abrazan y te dicen “hermano”.
Todo es alegría, unidad, compañerismo, fotos para redes y palabras bonitas.

Pero llega el lunes… y la realidad golpea.

Ya no te saludan, ya no tienen tiempo, ya no contestan tus mensajes, ni te miran.
El amor fraternal desaparece más rápido que el eco de la última adoración.
La indiferencia reina, el individualismo se justifica, y la “comunidad” se convierte en solo una reunión más en la agenda.

Parece que la teoría de “amar a los hermanos” solo aplica los domingos, cuando los reflectores están prendidos.
Porque amarlos en la semana cuesta: tiempo, atención, incomodidad.
Y eso ya no es parte del “evangelio moderno”.
Ese evangelio cómodo y egocéntrico que solo exige levantar las manos, pero no doblar las rodillas por el prójimo.

“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?” (Santiago 2:14)

¿Fe sin obras?
Eso no es fe, eso es religión vacía.

El apóstol Santiago no se anda con rodeos:

“Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.”
(Santiago 2:19)

Sí, el diablo también es creyente.
Cree más que tú.
Tiembla ante Dios más que muchos cristianos de iglesia.
Pero no obedece, no ama, no sirve, no se rinde.

Y tú, ¿qué haces con tu fe?
¿Sirves a los hermanos? ¿Los buscas? ¿le haces favores? ¿Los ayudas? ¿Te importan?
¿Tu “hermandad” es solo un saludo con sonrisa forzada el domingo?
¿O es un amor genuino que trasciende el templo y se manifiesta en acciones?

“Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.”
(1 Juan 3:18)

Cristianismo práctico, no teatral

La fe no se demuestra con palabras bonitas ni con canciones emotivas.
La fe verdadera ama, sirve, busca, se incomoda, se entrega.
No espera al domingo, no necesita luces, ni micrófonos, ni plataforma.

“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”
(Juan 13:35)

Si tú solo eres “discípulo” el domingo… entonces no lo eres.
Eres parte del teatro, no del Cuerpo.
Eres simpatizante, no hermano.
Eres religioso, no regenerado.

El lunes también hay cristianismo

La fe no se guarda con el uniforme del domingo.
No es una máscara que se pone para “ministrar” en la reunión.
La fe se vive cada día.
En los silencios. En los saludos. En las llamadas que nunca haces.
En los hermanos que ignoras. En el vaso de agua que no das. En las cargas que no ayudas a llevar.

Cristianos que creen…
Pero no aman.
Cristianos que oran…
Pero no perdonan.
Cristianos que predican…
Pero no practican.

Recuerda: el diablo también cree. Y tiembla.
¿Tú al menos tiendes la mano?

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